Tara
fue a ayudar a Danah, que yacía en el suelo a dos kilómetros de donde estábamos
y Margaret me cogió de la cintura y me llevó al interior de la casa.
―
¡Vamos! ―Eric me cogió de la mano arrastrándome hasta su habitación. Una vez
allí cerró la puerta y se sentó en el suelo apoyando la espalda en ella
mientras cerraba los ojos.
―Eric
yo no…, no quiero que te pelees con ella, yo…
Me
acerqué lentamente temiendo a un rechazo. Despacio me senté a su lado, su
reacción fue rodearme con un brazo y llevar mi cuerpo hasta su pecho donde
apoyé la cabeza.
―Siento
que hayas tenido que presenciar esto, Danah es muy nerviosa y se descontrola a
la mínima.
―Pero
ella tiene razón Eric.
―No vuelvas a decir eso, tú no tienes la culpa de nada ¿me oyes? ―su estado nervioso hizo que elevara la voz. Tras un suspiro cogió mi mentón elevándolo hasta que mis ojos se quedaron atrapados en su dulce mirada―. Ashley cariño, eres mi mundo, sin ti mi vida es un vacío oscuro que no me gustaría volver a caer en él. Tú no tienes la culpa de nada y no puedo permitir que nadie te hiera ―tras esa pequeña charla me dio un suave beso en la frente―. Cuando se calme verá las cosas de otra forma, no temas por esto, porque no voy a dejar de hablarme con ella por una simple discusión. ―Relajó la voz y me abrazó aún más fuerte.
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